top of page

AL CRUZAR ESE UMBRAL (relato optimista)

Hay una oscuridad tan densa y amable a mí alrededor que, sin más, dejo que me acompañe en mi camino.

Supongo que muchos piensan que aceptar las cosas como son es de cobardes, de gente que no se atreve a tratar de cambiar su entorno. Bueno, acepto su punto de vista. De veras. Pero creo que solamente yo puedo tomar mis decisiones; así que gracias, pero seguiré adelante. Gracias.

Los mejores caminos, los que más orgullo provocan, son esos que se hacen con pie firme y sin intentar tomar atajos ni subirse al primer taxi que pase a nuestro lado. Es como lanzar un dado y, como no te gusta lo que ha salido, cogerlo y cambiarlo de posición. En la vida no hay más lados que este que nos ha tocado, y aceptarlo y amarlo y seguir adelante, creo que es la mejor manera de sonreír y de vivir.

Así que, sin más, sigo adelante.

La oscuridad cada vez es más blanca y un sonido, parecido al que hacían las televisiones antiguas cuando no encontraban un canal que mostrar, llega a mis oídos con una energía que me hace acelerar y tener ganas de abrazar esa claridad que ansío poseer.

Cruzo el umbral, el sonido crece. Levanto las mano.

Los aplausos cada vez son más intensos y mis compañeros, que me dan palmaditas en el hombro y me dicen vamos allá, están a mi lado.

Suena el primer acorde, y empiezo a cantar desde mi silla de ruedas.


bottom of page